Se estima que el paciente crónico complejo y/o frágil supone un 5% de la población y consume el 65% de la totalidad de los recursos sanitarios.
Las personas mayores con problemas de dependencia, con enfermedades crónicas y comorbilidades necesitan cuidados profesionales que promuevan en las personas el autocuidado y la autogestión de la enfermedad.
Es necesario plantearse un reenfoque donde adquieran un mayor protagonismo aquellos servicios relacionados con necesidades de cuidados profesionales. Las enfermeras y enfermeros son profesionales con una buena proyección para mejorar la sostenibilidad del sistema porque pueden responder de manera eficaz a las demandas de los pacientes en situación de cronicidad, dependencia y fragilidad.
Para que la enfermera pueda dar respuestas eficientes y coste-efectivas a las necesidades de salud de las personas dependientes y/o con enfermedades crónicas, es necesario analizar y corregir los factores que limitan el crecimiento profesional y la oferta de una cartera de servicios enfermeros, entre los que se encuentran la ausencia de enfermeras en las decisiones estratégicas, la falta de objetivos e indicadores de cuidados, la escasa medida del producto, la falta de asignación de población a la enfermera, la indefinición de competencias, la heterogeneidad en la profesión y el escaso poder en el sistema para liderar un proyecto de cuidados con autonomía.