Doris Sequeira
La imagen social de la vejez, así como de las personas envejecidas, es negativa, pues las relacionamos con el miedo, aislamiento, la tristeza, depresión, con las faltas de creatividad y productividad, al igual que con dificultades para valerse por sí mismas1. De ahí que la noción del envejecimiento haya impactado la estructura de la población y condicionado las relaciones intergeneracionales.