Objetivo: describir la participación de las enfermeras de Cantabria en el Sistema de Farmacovigilancia Español mediante la notificación de sospechas de reacciones adversas a medicamentos (RAM) y determinar si su ámbito laboral influye en la notificación de las RAM graves.
Método: estudio descriptivo longitudinal retrospectivo de las sospechas de RAM notificadas por profesionales enfermeros al Centro de Farmacovigilancia de Cantabria, entre 2010 y 2016. Se estudiaron variables relacionadas con la RAM (medicamento implicado, síntomas y gravedad) y el ámbito profesional de la enfermera que realizó la notificación. Se llevó a cabo estadística descriptiva y prueba de contraste de hipótesis Chi cuadrado de Pearson para determinar la asociación entre la gravedad de las sospechas de RAM y el ámbito profesional del notificador.
Resultados: de las 3.008 notificaciones de sospechas de RAM recogidas en el Centro de Farmacovigilancia de Cantabria entre 2010 y 2016, las enfermeras aportaron 34, lo que supuso un 1,1% del total de notificaciones recibidas. El 59% fue clasificada como grave y de ellas el 70% provenía del ámbito hospitalario, sin encontrarse diferencias estadísticamente significativas entre la gravedad de la RAM y el ámbito profesional donde se notificó (p= 0,51).
Conclusiones: la participación de las enfermeras cántabras en el Sistema de Farmacovigilancia Español es mínima. La mayoría de notificaciones es grave y proviene del ámbito hospitalario. Es necesario indagar acerca de las razones de la infranotificación, así como establecer medidas formativas e informativas dirigidas al colectivo enfermero en materia de farmacovigilancia.
Objective: to describe the participation of Cantabrian nurses in the Spanish Pharmacovigilance System through reporting suspected drug-related adverse events (DRAEs), and to determine if their work setting has an impact on reporting severe DRAEs.
Method: a descriptive cross-sectional retrospective study of the suspected DRAEs reported by nursing professionals to the Pharmacovigilance Centre in Cantabria between 2010 and 2016. Variables associated with the DRAE were studied (medication involved, symptoms and severity), and the professional setting of the reporting nurse. Descriptive statistics and Pearson’s Chi Square hypothesis contrast test were used to determine any association between the severity of suspected DRAEs and the professional setting of the reporter.
Results: nurses contributed 34 out of the 3,008 reports of suspected DRAEs collected at the Pharmacovigilance Centre of Cantabria between 2010 and 2016; this represented 1.1% of the total reports received. Of these, 59% were classified as severe, and 70% of them came from the hospital setting; no statistically significant differences were found between DRAE severity and the professional setting where it was reported (p= 0.51).
Conclusions: there is a minimal participation of Cantabrian nurses in the Spanish Pharmacovigilance System. The majority of reports were severe and came from the hospital setting. It is necessary to find out the reasons for this under-reporting, as well as to implement training and informative measures targeted to the nursing community in terms of pharmacovigilance.