Mª Luisa de la Rica Escuín, María Pilar Torrubia Atienza, Roberto Moreno Mateo, Pilar Lauroba Alagón, Josefina Pérez Rosel, Concepción Germán Bes , Lourdes Jiménez Navascues
La sedación paliativa es aplicable en el contexto del tratamiento de un síntoma refractario a los tratamientos habituales y va dirigida al alivio del distress que ocasiona un síntoma determinado a través de la disminución del nivel de consciencia. Su planteamiento debe ser una decisión que comparta el equipo (no sólo una persona) con el consentimiento del paciente y /o familia. No es equivalente al coma farmacológico, aunque se puede llegar a él si es necesario. En numerosas ocasiones, la disminución superficial del nivel de consciencia es suficiente para controlar un síntoma en un momento determinado.
Antes de plantearse, debe revisarse meticulosamente la historia clínica del paciente: valorando su trayectoria, las posibilidades realistas de control sintomático, sus expectativas y preferencias, así como las de la familia. Tanto el paciente como la familia deben estar informados sobre la naturaleza del procedimiento y sus objetivos de manera adecuada, delicada y honesta.
Todo este proceso debe quedar reflejado en la historia clínica, transmitido al conjunto del equipo asistencial y a la familia, que debe entender cuál es el objetivo de la maniobra y su procedimiento, así como la garantía de la continuidad de cuidados y la correcta monitorización del procedimiento.