Amparo Rubio Valverde, Francisca Gómez García, Luis Margaix Margaix, Rosa Zaragoza Gradoli
El desarrollo de la endoscopia en los últimos años ha traído como consecuencia una gran variedad de procedimientos diagnósticos y terapéuticos, que pueden resultar incómodos y dolorosos para el paciente. El papel del anestesiólogo en estas situaciones es muy importante para garantizar la confortabilidad y la seguridad del paciente.
En nuestro servicio solo utilizamos sedación profunda, al realizar las gastroscopias cuando el paciente no tolera bien la prueba realizada con anestesia tópica orofaríngea, o bien cuando la gastroscopia se utiliza como terapéutica, tanto si es para dilatar esófago, colocar prótesis o cualquier otra técnica que sea necesario prolongar más de lo habitual.
Para la realización de las colonoscopias, la sedación más utilizada es la asociación midazolam-meperidina, pero existen ocasiones en las que el paciente, incluso con esta premedicación no tolera bien la prueba, o bien como citamos anteriormente, es necesario realizar una terapéutica, que, como consecuencia, se va a prologar más tiempo y, por consiguiente, ocasionará más molestias al paciente.
La CPRE (colangiopancreatografi a retrograda endoscopia) es una técnica muy molesta ya que hay que invertir normalmente mucho tiempo en ella, y además es muy importante mantener al paciente inmóvil. Por éste motivo, la realizamos siempre con sedación profunda, ya que se reconoce que el disconfort, la inmovilidad y la duración de la CPRE disminuyen la tolerancia y condicionan el éxito del procedimiento