Antecedentes y objetivos: Las intervenciones preventivas escolares suelen considerarse necesarias aunque deficientemente evaluadas. En los últimos años están apareciendo publicaciones sobre intervenciones escolares de prevención de SIDA eficaces. Los objetivos de este estudio son: revisar los programas evaluados de prevención de SIDA entre adolescentes escolarizados de 13 a 19 años publicados entre 1990 y 1995, analizar la calidad de cada evaluación e intervención, valorar su efectividad y establecer los elementos que influyen en su posible efecto.
Métodos: Localización de los estudios mediante búsqueda informatizada en Medline de artículos de evaluación y revisiones que cumplan los siguientes criterios de selección: programas de prevención de SIDA en el medio escolar, dirigidos a adolescentes de 13 a 19 años, publicados en castellano, francés o inglés en revistas científicas desde 1990 a 1995 y que evalúen los cambios en la conducta o sus determinantes en forma cuantitativa. Análisis de la calidad de la evaluación en función del tamaño muestral, de la existencia o no de un grupo control, de la comparabilidad de los grupos, del análisis de pérdidas y del tiempo entre el pre y el post-test. Análisis de la calidad de la intervención en función del uso de un modelo teórico de cambio conductual y del número de sesiones. Valoración del efecto en los estudios de calidad alta o intermedia a través del porcentaje de cambio en los conocimientos, actitudes, intención o conducta.
Resultados: Se han identificado 29 estudios que cumplen los criterios de selección. Respecto a la calidad de evaluación, un 28% es de calidad alta, un 14% de calidad intermedia y un 58% de calidad baja. En cuanto a la calidad de la intervención, un 27% es de calidad alta, un 41% de calidad intermedia y un 32% de calidad baja. En total 11 estudios (38%) presentan una calidad intermedia o alta tanto en la evaluación como en la intervención. De éstos, todos modifican los conocimientos y las actitudes, un 80% modifica la intención de conducta y un 86% la conducta. La mejora en los conocimientos y actitudes respecto a la prevención suele ser cuantitativamente importante, superior al 10%, y las modificaciones en las intenciones y los comportamientos suelen ser inferiores al 10%, aunque relevantes.
Conclusiones: Globalmente sólo un 38% de los programas puede considerarse de calidad alta o intermedia, aunque la calidad aumenta progresivamente a lo largo del tiempo. Los programas correctamente evaluados que se basan en un modelo teórico y constan de más de cuatro sesiones reducen moderadamente, aunque de forma relevante, las prácticas de riesgo de transmisión de SIDA, y de forma importante los determinantes de la conducta futura.