Objetivos: La falta de la valoración nutricional rutinaria del paciente y la prescripción de largos periodos de ayuno durante el periodo perioperatorio siguen siendo muy prevalentes a pesar de los avances en los cuidados quirúrgicos.
Por lo tanto, el objetivo de este estudio fue evaluar las rutinas de valoración nutricional en dos guardias quirúrgicas.
Métodos: Se reclutaron pacientes adultos sometidos a laparotomía en dos unidades distintas (gastrointestinal y ginecológica) en dos hospitales públicos (uno de ellos universitario).
Se les dividió en procedimientos menores y mayores (grupos A y B) y se les valoró nutricionalmente al ingreso. Se registró la ingestión diaria y un recuerdo de 24 horas. Los pacientes puntuaron la calidad de las comidas y también registraron los motivos para no ingerirlas por completo.
Resultados: Los pacientes del grupo B presentaron un peor estado nutricional. Los pacientes del grupo A reiniciaron la dieta oral en el primer día postoperatorio y, por lo general, recibieron dietas habituales (85,5%). En el grupo B, sólo al 4,7% se le permitió una dieta habitual en el primer día PO, el 7,0% recibió dietas blandas, el 30,2% dietas líquidas completas, el 27,9% líquidos suaves y al 30,2% se le mantuvo a dieta absoluta. Los pacientes de este grupo tuvieron una menor progresión de la dieta desde la dieta líquida a una dieta habitual de comidas sólidas, con un 7% que seguía a dieta absoluta en el 5º día PO. Al contrario que el grupo B, los pacientes del grupo A no mostraron deficiencias acumuladas calóricas o proteicas a lo largo del periodo postoperatorio.
Globalmente, la tolerancia a la dieta precoz fue buena.
Conclusión: La malnutrición sigue siendo alta entre los pacientes con cirugías mayores. La nutrición oral precoz es factible y tolerarse bien con escasos efectos colaterales cuando se prescribe