Una gran cantidad de deportistas, tanto recreacionales como de elite, utilizan suplementos nutricionales con la esperanza de incrementar el rendimiento. Estas ayudas pueden tener un coste económico elevado y ser potencialmente peligrosas para la salud, basándose muchas veces sus supuestos beneficios en un escaso o nulo apoyo científico.
Debido a la falta de regulación de la industria de suplementos nutricionales, existe una enorme cantidad de productos en el mercado que son de valor, contenido y calidad dudosos. Muchos suplementos contienen sustancias prohibidas en el deporte y que se han asociado con morbilidades y mortalidades significativas. A pesar de la gran cantidad de datos disponibles, resulta llamativa la información escasa o errónea por parte de los deportistas y se debe prestar especial atención a las implicaciones de un uso de suplementos no supervisado correctamente.
Además de la necesidad de una regulación adecuada, los deportistas deben recibir una correcta educación nutricional y una información sustentada en datos científicos rigurosos. Los esfuerzos de intervención y de prevención han de ser especialmente importantes en los adolescentes.