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La isquemia crítica es el estadio terminal de la enfermedad arterial periférica, con gran impacto en la calidad de vida del paciente. En algunos casos no hay posibilidad de tratamiento revascularizador, lo que determina la amputación de la extremidad en un porcentaje elevado de los pacientes, bien por dolor incontrolado, bien por complicación de las lesiones tróficas. Diversos estudios han demostrado la posibilidad de mejorar la perfusión tisular mediante el uso de factores de crecimiento (proteínas recombinantes), genoterapia o tratamiento celular, en lo que se ha denominado angiogenia terapéutica. Sin embargo, la forma de tratamiento, la dosis, la vía de administración y los posibles efectos adversos están todavía en fase de estudio. Aunque los resultados de los trabajos afirman la mejoría de la perfusión tisular, serán necesarios estudios aleatorizados y comparativos que demuestren cuál de los tratamientos ofrece un mejor intervalo de seguridad terapéutica en los casos no revascularizables.
