Introducción. Muchos estudios relacionan la impulsividad y los trastornos adictivos. Desde la neuropsicología se ha incidido en la influencia del consumo de cocaína sobre las funciones ejecutivas y por ende sobre la capacidad de toma de decisiones valorando sus consecuencias. Se propone comparar la impulsividad entre grupos de cocainómanos en activo y aquellos con buena respuesta al tratamiento en distintos momentos de su evolución. Material y método. Se seleccionó una muestra consecutiva de 85 sujetos, que demandaron tratamiento ambulatorio por dependencia de cocaína. Para la medida de impulsividad se utilizó la Escala de Impulsividad de Barratt (BIS-11) y para el diagnóstico de personalidad el IPDE. Resultados. La impulsividad previa al tratamiento resultó independiente de la presencia de trastornos de personalidad del cluster B. Tras un mes de evolución existían diferencias significativas en la subescala de impulsividad no planificada entre quienes continuaron consumiendo y los que mostraron mejoría. A los tres meses las diferencias se produjeron en la puntuación global de la escala y en las subescalas cognitiva y no planificada. Discusión. El incremento en la impulsividad es, al menos en parte, debido al efecto del consumo continuado de cocaína y tiene un cierto grado de reversibilidad que comienza a hacerse patente entre las 4 y las 12 semanas. Se propone en el estudiar con mayor profundidad la influencia del consumo continuado de cocaína en el comportamiento habitual, así como los mecanismos neuropsicológicos subyacentes.