Pilar Jiménez Luque, María Avis Alvarado, Felisa Sánchez Inchausti, Araceli Mejías Jiménez, Pilar Biota Jiménez
El déficit de las hormonas ováricas, tal como se ha visto en el artículo anterior (Rev ROL Enf 2006; 29[1]), puede ge-nerar alteraciones que no aparecen en todas las mujeres por igual ni con la misma intensidad. Están presentes en un 75-80% de ellas, pero sólo un tercio padece problemas severos que condicionan significativamente su calidad de vida. El fallo ovárico genera una serie de alteraciones a corto, medio y largo plazo que se describen a continuación.