El déficit de las hormonas ováricas, tal como se ha visto en el artículo anterior (Rev ROL Enf 2006; 29[1]), puede ge-nerar alteraciones que no aparecen en todas las mujeres por igual ni con la misma intensidad. Están presentes en un 75-80% de ellas, pero sólo un tercio padece problemas severos que condicionan significativamente su calidad de vida. El fallo ovárico genera una serie de alteraciones a corto, medio y largo plazo que se describen a continuación.