Introducción: A mediados de la década de 1990 surgió en Estados Unidos un proceso denominado “Advance Care Planning”, o planificación anticipada del cuidado cuyo objetivo era el reconocimiento y el respeto a la autonomía de la persona, promoviendo la participación de ésta en la gestión de sus propios cuidados fundamentalmente en los momentos finales de su vida.
Metodología: Se efectuó una revisión de la literatura disponible en las bases de datos biomédicas más relevantes (Pubmed, Gale Academic OneFile, Academic Search, Medline, ScienceDirect) así el buscador Google Scholar y Alcorze, y se reportó siguiendo los criterios de la Declaración PRISMA. Los artículos se seleccionaron de acuerdo con unos criterios de selección predefinidos y se sometieron a una valoración de la calidad mediante las herramientas propuestas por el Joanna Briggs Institute.
Resultados: Existe desacuerdo en la literatura acerca del mejor momento para iniciar las conversaciones sobre la planificación anticipada del cuidado. Mientras que algunos estudios demuestran que deben comenzarse lo antes posible, otros mantienen que deben iniciarse una vez que ya se ha formado una relación de confianza con la familia.
Respecto a las barreras que encuentra el profesional sanitario para establecer la planificación anticipada del cuidado destacan la falta de preparación de los padres para abordar este tema, así como las expectativas poco realistas que a veces muestran.
Conclusión: El verdadero desafío por parte de los profesionales sanitarios y en concreto el personal de enfermería, es valorar la experiencia de los padres y ayudarles a navegar a través de la transición a una confianza mutua en la que pueda iniciarse una planificación anticipada. Este proceso ha demostrado ser útil para disminuir los problemas bioéticos y mejorar la atención centrada en la persona.
Introduction: In the mid-1990s, a process called «Advance Care Planning» emerged in the United States, or advance care planning, whose objective was the recognition and respect for the autonomy of the person, promoting their participation in the management of their self-care mainly in the final moments of his life.
Methodology: A review of the available literature was carried out in the most relevant biomedical databases (Pubmed, Gale Academic OneFile, Academic Search, Medline, ScienceDirect) as well as the Google Scholar search engine and Alcorze, and it was reported following the criteria of the PRISMA Declaration. The articles were selected according to predefined selection criteria and submitted to a quality assessment using the tools proposed by the Joanna Briggs Institute.
Results: There is disagreement in the literature about the best time to start discussions about advance care planning. While some studies show that they should be started as early as possible, others maintain that they should be started once a trusting relationship with the family has been formed.
Regarding the barriers encountered by the health professional to establish advance care planning, they highlight the lack of preparation of parents to address this issue, as well as the unrealistic expectations that they sometimes show.
Conclusion: The real challenge for healthcare professionals, and nurses in particular, is to value the parent’s experience and help them navigate through the transition to a mutual trust where planning ahead can begin. This process has proven to be useful in reducing bioethical problems and improving person-centered care.