Chachapoyas, Perú
Introducción: Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son una causa principal de morbimortalidad global. Recientes investigaciones sugieren que el estado metabólico podría ser un mejor predictor del riesgo cardiovascular que el índice de masa corporal (IMC) por sí solo.
Objetivo: Evaluar los diferentes fenotipos metabólicos y el riesgo de desarrollar ECV en una cohorte de trabajadores.
Metodología: Estudio de cohorte observacional analítico retrospectivo con 4,158 trabajadores seguidos durante un máximo de 8 años. La variable respuesta fue la presencia de ECV, que se definió como la presencia del diagnóstico de accidente cerebro vascular o infarto por autorreporte. La combinación del estado metabólico y el IMC resultó en seis fenotipos: normopeso metabólicamente saludable (NMS), normopeso metabólicamente no saludable (NMNS), sobrepeso metabólicamente saludable (OBMSW), sobrepeso metabólicamente no saludable (OBMNSW), obesidad metabólicamente saludable (OBMS) y obesidad metabólicamente no saludable (OBMNS). Se calculó la incidencia de ECV y se utilizaron modelos de regresión de Cox para estimar los hazard ratios (HR) ajustados.
Resultados: La incidencia global de ECV fue de 5.64 por 1000 personas-año. Comparado con el fenotipo NMS, los fenotipos metabólicamente no saludables mostraron un riesgo significativamente mayor de ECV: NMNS (HRa: 5.19, IC 95%: 1.29-20.84), OBMNSW (HRa: 7.07, IC 95%: 2.40-20.86), y OBMNS (HRa: 7.35, IC 95%: 2.43-22.21).
Discusión: Los hallazgos subrayan la importancia del estado metabólico, independientemente del IMC, en el desarrollo del ECV. Esto tiene implicaciones significativas para la práctica clínica y la salud pública, sugiriendo la necesidad de implementar evaluaciones metabólicas comprehensivas y estrategias de prevención personalizadas en todas las categorías de IMC, especialmente en el ámbito laboral.
Objective: To evaluate different metabolic phenoty pesand the risk of developing CVD in a cohort of workers.
Methodology: A retrospective analytical observational cohort study with 4,158 workers followed for up to 8 years. The outcome variable was the presence of CVD, defined as the self-reported diagnosis of stroke or myocardial infarction. The combination of metabolic status and BMI resulted in six phenotypes: metabolically healthy normal weight (MHNW), meta-bolically unhealthy normal weight (MUNW), metabolically healthy overweight (MHOW), metabolically unhealthy overweight (MUOW), metabolically healthy obese (MHO), and metabolically unhealthy obese (MUO). CVD incidence was calculated, and Cox regression models were used to estimate adjusted hazard ratios (HR).
Results: The overall incidence of CVD was 5.64 per1,000 person-years. Compared to the MHNW phenotype, metabolically unhealthy phenotypes showed a significantly higherrisk of CVD: MUNW (aHR: 5.19, 95% CI: 1.29-20.84), MUOW (aHR: 7.07, 95% CI: 2.40-20.86), and MUO (aHR: 7.35, 95%CI: 2.43-22.21).
Conclusion: The findings underscore the importance of metabolic status, independent of BMI, in predicting cardiovascular risk. This has significant implications for clinical practice and public health, suggesting the need to implement comprehensive metabolic assessments and personalized pre-vention strategies across all BMI categories, especially in the workplace.