• Las fracturas de estrés son una lesión ósea que se relaciona con el sobreuso, principalmente en relación con condicionantes laborales o deportivas.
• Una buena anamnesis sobre factores de riesgo y una buena exploración física nos puede permitir sospechar una fractura de estrés.
• La tibia y los huesos del tarso/metatarsianos son los más frecuentemente afectados.
• La resonancia magnética es la prueba más sensible, aunque la radiografía y la ecografía pueden ayudar en el diagnóstico.
• El tratamiento suele ser conservador, con limitación de la carga. En los casos de fracturas en zonas de mayor carga el tratamiento puede ser quirúrgico.