J. Jimeno Mollet, N. Molist Brunet, P. Pons Barro, Jaume Morato Griera, I. Otzet Gramunt, Josep Franch Nadal
Objetivo. Contrastar la validez de la determinación de la hemoglobina glucosilada (A1c) como método diagnóstico de la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) en la población de riesgo en atención primaria.
Diseño. Estudio analítico transversal.
Emplazamiento. Datos recogidos de la población del Estudio Raval Sud (estudio epidemiológico de las alteraciones del metabolismo de la glucosa en la población de riesgo).
Participantes. Se incluyó en el estudio a un total de 454 sujetos de esta población (edad media, 65 ± 13 años; 52% varones), con un elevado riesgo de sufrir DM2, atendidos en el centro de atención primaria.
Mediciones principales. Se recogieron datos demográficos y analíticos (glucemia basal, sobrecarga oral de glucosa y hemoglobina A1c). Se utilizaron los criterios diagnósticos de la DM2 de la Organización Mundial de la Salud de 1999. Los valores de A1c fueron estandarizados en intervalos de desviaciones estándar (DE) por encima de la media.
Resultados. Se detectó una correlación entre la A1c y los valores de glucemia basal (r = 0,72) y a las 2 h de la sobrecarga oral de glucosa (r = 0,43). El 30% de los pacientes con glucemia basal entre 110 y 125 mg/dl presentaó valores de A1c superiores a los límites de referencia. Una técnica combinada de diagnóstico basada en una glucemia basal > 125 mg/dl o de 110-125 mg/dl con una A1c >= 3 DE (5,94%) demostró una sensibilidad del 92% y una especificidad del 95%.
Conclusiones. En sujetos con una determinación de glucemia basal no concluyente (110-125 mg/dl), los valores de A1c por encima de la media +3 DE (> 5,94%) son útiles para orientar el diagnóstico de diabetes e identificar a los que requieren tratamiento.