Raúl Jiménez Boraita, Daniel Arriscado Alsina, Josep Maria Dalmau Torres, Esther Gargallo Ibort
Introducción: durante la adolescencia se producen numerosos cambios en los hábitos de vida que afectan también a los patrones de sueño; patrones que son clave en el desarrollo de los jóvenes y en su estado de salud. Por ello, el objetivo del estudio fue analizar la relación e influencia de diversos hábitos de vida, indicadores de salud física y psicosocial, y variables sociodemográficas sobre la duración del sueño nocturno.
Material y métodos: el estudio se llevó a cabo sobre una muestra de 761 estudiantes (14,51 ± 1,63 años) de 25 centros educativos de una región del norte de España. Se valoró el número de horas de sueño nocturno, así como la adherencia a la dieta mediterránea, nivel de actividad física, calidad de vida relacionada con la salud, autoestima, consumo máximo de oxígeno, índice de masa corporal, rendimiento académico y diversos factores sociodemográficos.
Resultados: tener mayor edad e índice de masa corporal, así como una menor adherencia a la dieta mediterránea y estudiar en centros de zonas urbanas fueron predictores de un menor número de horas de sueño nocturno, llegando a explicar el 26,2% de su varianza. Asimismo, los adolescentes que no cumplían con las recomendaciones de sueño nocturno presentaron menores índices de calidad de vida relacionada con la salud y autoestima, así como niveles más bajos de actividad física y consumo máximo de oxígeno.
Conclusiones: las intervenciones dirigidas a la prevención de los trastornos del sueño deberían tener en cuenta los factores predictores citados, orientando los esfuerzos hacia el fomento de hábitos saludables y entornos propicios para el descanso, especialmente, en zonas urbanas.