Los probióticos pueden reducir la cantidad de niños diagnosticados con al menos una infección respiratoria de vías superiores (IVRS) en aproximadamente un 21%; probablemente, pueden reducir el número de niños diagnosticados con al menos tres IVRS en alrededor del 38%; pueden reducir la tasa de incidencia (número de casos nuevos durante un periodo de tiempo específico) de IVRS en alrededor del 18%; probablemente, pueden reducir el número de niños que usaron antibióticos para las IVRS en aproximadamente un 22%; y es posible que no aumenten la cantidad de personas que experimentaron efectos secundarios (cualquier daño). La evidencia que muestra una disminución en el número de niños que faltan a la guardería o a la escuela debido a las IVRS agudas con probióticos es muy incierta.