Introducción: los teléfonos móviles suponen una gran herramienta de comunicación entre iguales, pero un uso inapropiado puede repercutir en las relaciones familiares, sociales y en el rendimiento escolar.
Objetivos: el objetivo principal del trabajo fue estudiar el uso del teléfono móvil en la población pediátrica de varias áreas de salud de Castilla y León.
Material y métodos: estudio multicéntrico prospectivo en varios centros de salud y un hospital comarcal. Se pasó una encuesta a padres de niños que acudían a consulta y a los adolescentes que lo desearon, quienes también respondieron a un test de dependencia (TDM).
Resultados: el móvil es el dispositivo electrónico que más usaban los niños para navegar por Internet. La media de edad en la que tuvieron el primer móvil propio fue de 10,35 años; la mayoría, con acceso a Internet.
El 68% de ellos accedía sin ningún control parental. El 70% de padres establecieron unas normas al proporcionárselo. Un tercio reconocían que estas no se cumplían.
El número de horas diarias de uso aumentaba según la edad de los niños. De los adolescentes, más del 50% lo usaba más de dos horas al día. Los más pequeños lo utilizaban para ver vídeos y los mayores para chatear y redes sociales.
El uso del móvil se relacionaba con el uso de gafas, pero no con el rendimiento académico, problemas de sueño ni práctica de deporte.
En el TDM se observaron muchas respuestas positivas en los ítems de los cuatro apartados en los que se divide el test, especialmente en el de falta de control.
Conclusiones: la media de edad de adquisición del primer teléfono móvil propio es menor de la recomendada. Su abuso puede generar conductas con rasgos de adicción.