El litio forma parte habitual del tratamiento para el trastorno bipolar. Se excreta a través de la leche materna y, clásicamente, se recomendaba a las madres con esta terapia que suspendieran la lactancia materna debido a los potenciales efectos adversos graves de este fármaco en el lactante. Más recientemente, se ha demostrado que los niveles plasmáticos de litio en los niños expuestos son generalmente bajos y bien tolerados, por lo que, en casos seleccionados, se puede mantener la lactancia materna y realizar un seguimiento clínico y analítico estrecho al niño con medición de la función tiroidea, renal y realización de litemias seriadas. Presentamos el caso clínico de una recién nacida a término, hija de madre con trastorno bipolar en tratamiento con litio y con lactancia materna exclusiva a demanda, que en la segunda semana de vida mostró unos niveles tóxicos de litio en plasma con ausencia de sintomatología. Una investigación cuidadosa del caso reveló que la litemia estaba falsamente elevada debido a una recogida incorrecta de la muestra sanguínea en un recipiente que contenía heparina-litio como anticoagulante. Se revisarán las circunstancias del caso, así como las recomendaciones actuales sobre toma de litio por parte de las madres y el amamantamiento de sus hijos.