Federico Juárez Granados
El artículo analiza cómo la inteligencia artificial (IA) está transformando la atención en salud mental, destacando aplicaciones actuales, beneficios, limitaciones y desa- fíos éticos. Su objetivo es fomentar un enfoque ético y colaborativo que garantice el acceso a los servicios y mejore los resultados clínicos.
La IA revolucionará la atención en salud mental mediante herramientas innovadoras para diagnóstico, tratamiento y apoyo en la toma de decisiones. Estas herramientas mejoran la accesibilidad a los servicios mediante intervenciones personalizadas adaptadas a las necesidades individuales, reduciendo disparidades y eliminando barreras. Entre sus aplicaciones, destacan los chatbots basados en IA, como Replika, Wysa, Woebot y Elomia, que utilizan procesamiento del lenguaje natural para ofrecer técnicas de terapia cog- nitivo-conductual. Sin embargo, presentan limitaciones como la incapacidad de comprender los matices emo- cionales del lenguaje humano y seguir guiones predefinidos.
Este avance plantea desafíos éticos, como la privacidad de datos, sesgos algorítmicos y falta de transparencia. Además, existe el riesgo de dependencia excesiva en predicciones algorítmicas, lo que podría comprometer deci- siones clínicas. Para mitigar estos desafíos, es esencial desarrollar marcos regulatorios y éticos, además de fomen- tar la participación de usuarios en el diseño e implementación de estas tecnologías.
A pesar de los retos, la IA tiene el potencial de democratizar el acceso a servicios de salud mental y mejorar resultados clínicos mediante diagnósticos más rápidos y tratamientos personalizados. La colaboración entre desarrolladores, profesionales y pacientes es crucial para garantizar que las aplicaciones de IA sean justas, trans- parentes y centradas en el usuario, contribuyendo a un sistema de salud más equitativo y eficaz.