Objetivos. Aumentar la calidad de vida de las personas con úlceras vasculares. Evitar el dolor. Disminuir el tiempo de cicatrización. Espaciar las curas. Disminuir costes. Diseño. Caso clínico: mujer de 55 años con diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, hipotiroidismo, obesidad, síndrome depresivo e insuficiencia venosa crónica desde 1990 e insuficiencia en cayado de safena interna desde 1999. Ha presentado múltiples episodios de úlceras en las extremidades inferiores, en las que se han realizado diversos tratamientos para su curación, tanto en el centro de atención primaria como en su domicilio, al no poder desplazarse debido a la afección de su estado general y a la pérdida de autonomía. En el momento de iniciar el tratamiento, presentaba diversas úlceras vasculares en distintas fases de aparición y cicatrización, con presencia de placas necróticas, esfacelos y tejido de granulación muy lábil, con eritema y reacción de tipo alérgico periulceral. Emplazamiento. Área Básica de Llefià (Badalona). Metodología. La valoración continua de enfermería nos ha permitido identificar los problemas que presentaba la paciente, determinar los diagnósticos de enfermería y establecer un plan de cuidados adecuado a su problema de salud. Se inicia el tratamiento, previo cultivo de los exudados de las úlceras (con resultado negativo) y nueva oscilometría (extremidad inferior derecha, < 0,7; extremidad inferior izquierda, > 0,7), y se instaura el siguiente protocolo de actuación: limpieza de las úlceras con extracción de esfacelos y costras, hidratación con abundante crema en las 2 extremidades inferiores y aplicación del vendaje multicapa. Semanalmente, se mide y fotografía la extensión de las úlceras, así como la circunferencia de los tobillos y la aparición del dolor, valorando la hora de aparición, las características y la intensidad. Se indica tratamiento dietético y se controla el peso y la glucemia. Resultados. Las úlceras cicatrizan a los 78 días, con ausencia de dolor y buena perfusión hística. Se produce un aumento de la autoestima y una mejora del estado anímico de la paciente (según escala de Hamilton). Al año, la paciente no ha presentado ningún indicio de úlceras, lesiones de rascado ni edemas, y ha mejorado en su autocuidado. Las manifestaciones externas son indicativas del cambio de actitud ante la vida: ha aumentado su grado de conocimientos dietéticos, se le han normalizado los valores de glucemia y ha mejorado en el control de sus múltiples afecciones, algunas de las cuales se han obetivado mediante escalas de medición.