La artritis idiopática juvenil (AIJ) es la forma más frecuente de artritis crónica en niños y adolescentes, caracterizada por una inflamación persistente de las articulaciones, lo que puede llevar a dolor, hinchazón y rigidez. Se clasifica en varios subtipos según el número de articulaciones afectadas y los síntomas presentes, incluyendo la oligoartritis, la poliartropatía y la artritis sistémica. Aunque su causa exacta es desconocida, se cree que los factores genéticos, ambientales y autoinmunes juegan un papel crucial en su desarrollo.
La incidencia de AIJ varía a nivel mundial, afectando entre 0,8 y 22,6 por cada 100,000 niños por año, y su prevalencia se sitúa entre 7 y 401 por cada 100,000 niños por año. Los síntomas pueden aparecer desde la infancia temprana hasta la adolescencia, y un diagnóstico temprano es esencial para prevenir daños articulares permanentes y otras complicaciones.
El tratamiento de la AIJ incluye una combinación de medicamentos, como antiinflamatorios y agentes biológicos, junto con terapias físicas y ocupacionales para mantener la función articular y mejorar la calidad de vida. La vacunación y la atención a la salud general son fundamentales, especialmente para aquellos que reciben tratamientos con inmunosupresores.
La AIJ puede afectar significativamente la vida de los niños y sus familias, impactando su bienestar físico y emocional. Por lo tanto, es crucial un enfoque multidisciplinario para abordar las necesidades médicas, psicológicas y sociales de los pacientes.
Juvenile idiopathic arthritis (JIA) is the most common form of chronic arthritis in children and adolescents, characterised by persistent inflammation of the joints, which can lead to pain, swelling and stiffness. It is classified into several subtypes based on the number of joints affected and the symptoms present, including oligoarthritis, polyarthropathy and systemic arthritis. Although its exact cause is unknown, genetic, environmental and autoimmune factors are thought to play a crucial role in its development.
The incidence of JIA varies worldwide, affecting between 0.8 and 22.6 per 100,000 children per year, and its prevalence is between 7 and 401 per 100,000 children per year. Symptoms can appear from early childhood to adolescence, and early diagnosis is essential to prevent permanent joint damage and other complications.
Treatment of JIA includes a combination of medications, such as anti-inflammatory and biological agents, along with physical and occupational therapies to maintain joint function and improve quality of life. Vaccination and general health care are essential, especially for those receiving immunosuppressive treatments.
JIA can significantly affect the lives of children and their families, impacting their physical and emotional well-being. Therefore, a multidisciplinary approach is crucial to address the medical, psychological and social needs of patients.