El trastorno del espectro autista (TEA) es una condición neuropsiquiátrica que afecta la comunicación y la interacción social, con comportamientos repetitivos e intereses restringidos. Aunque suele diagnosticarse en la infancia, muchos adultos también lo descubren. Se estima que 1 de cada 100 adultos podría tener TEA. El aumento en los diagnósticos se debe a una mayor concienciación y mejores métodos diagnósticos.
El reconocimiento del TEA en adultos ha mejorado, aumentando la demanda de servicios especializados. Estos adultos enfrentan desafíos en el empleo, la vida social y la salud mental, y su calidad de vida suele ser inferior a la de la población general. Aproximadamente el 40% muestra mejoras en ciertos comportamientos.
Los síntomas incluyen dificultades en la comunicación social, intereses específicos, necesidad de rutina y problemas emocionales. El diagnóstico implica una evaluación multidisciplinaria. No hay cura, pero intervenciones como la terapia cognitivo-conductual, terapia ocupacional, apoyo psicológico, programas de empleo y medicación pueden mejorar la calidad de vida. La transición a la vida adulta es desafiante, con muchos enfrentando dificultades en la independencia y adaptación social. Abordar síntomas de ansiedad y depresión es crucial para mejorar el bienestar.
Autism spectrum disorder (ASD) is a neuropsychiatric condition that affects communication and social interaction, with repetitive behaviours and restricted interests. Although it is often diagnosed in childhood, many adults also discover it. It is estimated that 1 in 100 adults may have ASD. The increase in diagnoses is due to increased awareness and improved diagnostic methods.
Recognition of ASD in adults has improved, increasing the demand for specialised services. These adults face challenges in employment, social life and mental health, and their quality of life is often lower than that of the general population. Approximately 40% show improvement in certain behaviours.
Symptoms include difficulties in social communication, specific interests, need for routine and emotional problems. Diagnosis involves a multidisciplinary assessment. There is no cure, but interventions such as cognitive behavioural therapy, occupational therapy, psychological support, employment programmes and medication can improve quality of life. The transition to adulthood is challenging, with many facing difficulties in independence and social adaptation. Addressing symptoms of anxiety and depression is crucial to improving well-being.