El procedimiento de Whipple, también conocido como pancreatoduodenectomía, es una cirugía mayor utilizada principalmente para tratar el cáncer de páncreas ubicado en la cabeza del páncreas, así como otros tumores malignos y benignos de la región pancreatobiliar. Descrito por primera vez en 1935 por Allan Whipple, esta técnica ha sido refinada con el tiempo, mejorando las tasas de supervivencia y reduciendo las complicaciones. Las indicaciones para esta cirugía incluyen cáncer de páncreas, tumores de la ampolla de Vater, adenocarcinoma duodenal y otros tumores y quistes pancreáticos. La técnica quirúrgica implica la resección de la cabeza del páncreas, el duodeno, parte del estómago, la vesícula biliar y los conductos biliares, seguida de la reconstrucción del tracto digestivo. Las complicaciones pueden incluir fístulas pancreáticas, infecciones de la herida, retraso en el vaciamiento gástrico y hemorragias. Aunque la tasa de mortalidad ha disminuido a menos del 5% en centros especializados, la morbilidad sigue siendo alta. La selección cuidadosa de los pacientes y la experiencia del equipo quirúrgico son esenciales para mejorar los resultados1,2,3.
The Whipple procedure, also known as pancreaticoduodenectomy, is a major surgical operation primarily used to treat pancreatic cancer located in the head of the pancreas, as well as other malignant and benign tumors of the pancreatobiliary region. First described in 1935 by Allan Whipple, the technique has been refined over time, improving survival rates and reducing complications. Indications for this surgery include pancreatic cancer, tumors of the ampulla of Vater, duodenal adenocarcinoma, and other pancreatic tumors and cysts. The surgical technique involves resection of the head of the pancreas, the duodenum, part of the stomach, the gallbladder, and the bile ducts, followed by reconstruction of the digestive tract. Complications can include pancreatic fistulas, wound infections, delayed gastric emptying, and hemorrhages. Although the mortality rate has decreased to less than 5% in specialized centers, morbidity remains high. Careful patient selection and the surgical team’s experience are crucial for improving outcomes1,2,3.