Teresa Peón Sánchez, Ana María Morón Esteban, Isabel Cólera Gómez, Micaela Ardid Pardo, Ana Saide Gabro Marcén, Rubén Aced Magaña
La Insuficiencia Renal Crónica (IRC) es una enfermedad global que afecta al 11% de la población y requiere ajustes significativos en el estilo de vida, como adherirse a tratamientos médicos y dietas específicas. Estos cambios pueden causar desánimo y riesgo de abandono del tratamiento, afectando la salud física y el bienestar emocional de los pacientes.
La enfermería juega un papel esencial en el manejo de la IRC, facilitando la adaptación de los pacientes mediante la educación y el apoyo continuo. Basado en la teoría de los sistemas de Dorothea Orem, que enfatiza el autocuidado y el apoyo educativo, el personal de enfermería ayuda a los pacientes a comprender su enfermedad, adherirse a los tratamientos y adoptar prácticas de autocuidado efectivas.
La revisión bibliográfica realizada revela que el apoyo educativo de enfermería mejora significativamente el autocuidado de los pacientes con IRC. Se ha observado un aumento en la protección del acceso venoso y la frecuencia de revisiones médicas, así como mejoras en las prácticas dietéticas, como la reducción de carbohidratos, fósforo y lácteos. Además, las actividades asistenciales de enfermería, como el control de signos vitales y el manejo de catéteres, son cruciales para una gestión eficaz de la enfermedad.
Este enfoque integral en la educación y el apoyo no solo mejora el manejo de la IRC, sino que también incrementa la satisfacción del paciente y reduce complicaciones. Un sistema de apoyo educativo sólido contribuye a una mejor adherencia al tratamiento y una calidad de vida superior. Por lo tanto, es vital que el personal de enfermería continúe desarrollando y perfeccionando sus estrategias educativas para ofrecer un cuidado integral y efectivo.
Chronic Kidney Disease (CKD) is a global disease that affects 11% of the population and requires significant lifestyle adjustments, such as adhering to specific medical treatments and diets. These changes can cause discouragement and risk of treatment withdrawal, affecting patients’ physical health and emotional well-being.
Nursing plays an essential role in the management of CKD, facilitating patients’ adjustment through education and ongoing support. Based on Dorothea Orem’s systems theory, which emphasises self-care and educational support, nurses help patients understand their disease, adhere to treatments and adopt effective self-care practices.
The literature review reveals that nursing education support significantly improves the self-care of CKD patients. Increased venous access protection and frequency of medical check-ups have been observed, as well as improvements in dietary practices, such as reduction of carbohydrates, phosphorus and dairy. In addition, nursing care activities such as vital sign monitoring and catheter management are crucial for effective disease management.
This comprehensive approach to education and support not only improves CKD management, but also increases patient satisfaction and reduces complications. A strong educational support system contributes to better adherence to treatment and a higher quality of life. Therefore, it is vital that nurses continue to develop and refine their educational strategies to provide comprehensive and effective care.