Ana Gimeno Fontelles, Julia Grau Laganga, Marta Ciria Ponce, Sara Navarro González, Alba Arroyo Salinas, Patricia Fernández de Bobadilla Delgado
El número de pacientes anticoagulados en España está aumentando, con unos 800,000 individuos que toman acenocumarol para tratar la fibrilación auricular no valvular y prevenir el tromboembolismo venoso. Este anticoagulante, requiere control frecuente del INR y ajustes de dosis debido a su estrecho margen terapéutico y numerosas interacciones con otros medicamentos y alimentos, lo que genera hospitalizaciones por reacciones adversas, especialmente hemorragias graves1,2.
El acenocumarol es un fármaco derivado de la 4-hidroxicumarina que forma parte de los anticoagulantes orales que son antagonistas de la VitK. Presenta una variabilidad inter e intraindividual debido a su estrecho margen terapéutico, alta unión a proteínas plasmáticas (97%), numerosas interacciones farmacocinéticas y farmacodinámicas, y sensibilidad a la dieta. Durante su uso, pueden surgir problemas relacionados con los medicamentos y resultados negativos asociados al uso de medicamentos, afectando negativamente la salud del paciente y el objetivo de la farmacoterapia1. De ahí la importancia a la adherencia al tratamiento, que se define como la correcta ingesta de medicamentos según la dosis, frecuencia y horario prescritos, expresada como la cobertura de más del 80% de los días con medicamentos dispensados. Una baja adherencia y persistencia en el uso de anticoagulantes en pacientes con fibrilación auricular (FA), válvulas cardíacas artificiales o tromboembolismo venoso (TEV) se asocian con una inadecuada anticoagulación y un alto riesgo de recurrencia de eventos tromboembólicos3.
El personal sanitario de enfermería y los facultativos de hematología juegan un papel crucial en la educación y apoyo a estos pacientes, mejorando la adherencia al tratamiento y reduciendo los problemas secundarios del tratamiento1.
The number of anticoagulated patients in Spain is increasing, with approximately 800,000 individuals taking acenocoumarol to treat non-valvular atrial fibrillation and prevent venous thromboembolism. This anticoagulant requires frequent INR monitoring and dose adjustments due to its narrow therapeutic range and numerous interactions with other medications and foods, leading to medication-related problems and hospitalizations for adverse reactions, especially severe bleeding1,2.
Acenocoumarol is a 4-hydroxycoumarin derivative that is part of the oral anticoagulants that are Vitamin K antagonists. It presents inter- and intra-individual variability due to its narrow therapeutic range, high plasma protein binding (97%), numerous pharmacokinetic and pharmacodynamic interactions, and sensitivity to diet. During its use, medication-related problems and negative outcomes associated with medication use can arise, negatively affecting the patient’s health and the goal of pharmacotherapy1. Hence, the importance of adherence to treatment, which is defined as the correct intake of medications according to the prescribed dose, frequency, and schedule, expressed as covering more than 80% of days with dispensed medications. Low adherence and persistence in the use of anticoagulants in patients with atrial fibrillation (AF), artificial heart valves, or venous thromboembolism (VTE) are associated with inadequate anticoagulation and a high risk of recurrent thromboembolic events3.
Nursing staff and hematology specialists play a crucial role in educating and supporting these patients, improving treatment adherence, and reducing the secondary problems of treatment1.