Manuel Luque González, Clara Armas Moreno, Max Mòdol Vidal, Pedro Raúl Castellano Santana, Marta Serrano Muñoz, Carmen Muñoz Calahorro, Tiago Santos
Introducción: El sondaje vesical es un procedimiento ampliamente utilizado, pero con múltiples complicaciones asociadas que podrían prevenirse mediante capacitación específica, monitoreo de la adherencia, optimización de la carga de trabajo y el diseño de nuevos dispositivos innovadores. Objetivos: El objetivo de este estudio es identificar, mediante una encuesta, los conocimientos, actitudes y prácticas de los profesionales sanitarios españoles con relación al sondaje vesical. Materiales y métodos: Se distribuyó entre enfermeras y enfermeros españoles aspirantes opositores un cuestionario anónimo en formato de formulario Google. Los datos recopilados fueron tabulados y analizados mediante estadísticas descriptivas, y se dividió a la muestra según la frecuencia con la que contaban ayuda de un auxiliar para explorar la relación entre las diferentes variables. Resultados: Un total de 201 enfermeras participaron en la encuesta, predominantemente empleadas en las unidades de cuidados intensivos y los departamentos de emergencias hospitalarias. El 33,3% informó haber realizado menos de 50 sondajes en su carrera, mientras que el 39,8% había realizado más de 100 sondajes. El 46,3% afirmaron sentir algún grado de estrés al realizar sondajes vesicales, y sólo el 14,4% indicó contar siempre con ayuda de un auxiliar. Sólo el 13,4% de los encuestados aseguró poder mantener la esterilidad durante el proceso, observándose una correlación débil entre la presencia de ayuda y la capacidad para mantener la esterilidad (coeficiente de correlación de Spearmann=0,205, p-valor=0,004). El 53,2% declaró haberse manchado alguna vez con orina y el 27,9% con orina hematúrica, sin embargo, sólo el 8% había acudido alguna vez a prevención de riesgos laborales. Conclusiones: Los hallazgos de este estudio revelan que un número insuficiente de profesionales de la salud y la consecuente alta carga de trabajo son algunas de las razones principales para el incumplimiento de las pautas y protocolos de sondaje vesical, aumentando asimismo los riesgos ocupacionales.
Introduction: Urinary catheterisation is a widely used procedure, but it comes with numerous associated complications that could be prevented through specific training, monitoring of adherence, optimisation of workload, and the design of new innovative devices. Objectives: The aim of this study is to identify, through a survey, the knowledge, attitudes, and practices of Spanish healthcare professionals regarding urinary catheterisation. Materials and methods: An anonymous questionnaire in Google Forms format was distributed among Spanish nurses and nursing students. The collected data were tabulated and analysed using descriptive statistics, and the sample was divided according to the frequency of assistance from a healthcare assistant to explore the relationship between different variables. Results: A total of 201 nurses participated in the survey, predominantly employed in intensive care units and hospital emergency departments. Of these, 33,3% reported having performed fewer than 50 catheterisations in their careers, while 39.8% had performed more than 100 catheterisations. Additionally, 46,3% indicated feeling some degree of stress when performing urinary catheterisations, and only 14,4% stated that they always had assistance from a healthcare assistant. Only 13,4% of respondents claimed they could maintain sterility during the procedure, with a weak correlation observed between the presence of assistance and the ability to maintain sterility (Spearman correlation coefficient = 0,205, p-value = 0,004). Furthermore, 53,2% reported having been splashed with urine at least once, and 27.9% with haematuric urine; however, only 8% had ever sought occupational risk prevention. Conclusions: The findings of this study reveal that an insufficient number of healthcare professionals and the resulting high workload are some of the main reasons for non-compliance with guidelines and protocols for urinary catheterisation, thereby increasing occupational risks.