Laura Piedrafita Rodríguez, Raquel García Castellanos, Ana Zamorano Sotomayor, María Carmen Albiac Cubeles, Beatriz Grao Fernández
El 90% de los pacientes hospitalizados reciben durante su ingreso algún tipo de terapia intravenosa. Las características de las perfusiones constituyen el factor principal del fallo de las vías periféricas, provocando flebitis y extravasaciones, haciendo los tratamientos complicados e inseguros, llegando incluso a ser cruentos y dolorosos. Por ello, los catéteres venosos centrales de inserción periférica (PICC) juegan un papel decisivo, pues evitan estas situaciones y reducen el número de punciones que recibe el paciente, pues son dispositivos fáciles de instaurar, duraderos y con menor riesgo de infección1,2,3.
La colocación de los mismos se lleva a cabo por radiólogos intervencionistas, anestesistas y más frecuentemente en nuestro medio por enfermeras especializadas2.
La formación de estos profesionales en el uso de los PICC, así como en la técnica escogida constituye un elemento esencial para el uso efectivo, seguro y eficiente de estos dispositivos4.
90% of hospitalized patients receive some type of intravenous therapy during their admission. The characteristics of the perfusions are the main factor in the failure of peripheral lines, causing phlebitis and extravasations, making treatments complicated and unsafe, even becoming bloody and painful. For this reason, peripherally inserted central venous catheters (PICC) play a decisive role, since they avoid these situations and reduce the number of punctures that the patient receives, since they are devices that are easy to install, durable and have a lower risk of infection.
Its placement is carried out by interventional radiologists, anesthetists and more frequently in our environment by specialized nurses.
The training of these professionals in the use of PICCs, as well as in the chosen technique, is an essential element for the effective, safe and efficient use of these devices.