Ser enfermera es abrazar una vocación que trasciende la profesión; mediado por un compromiso profundo con la vulnerabilidad humana. Esto involucra no solo la capacidad de aliviar el sufrimiento de la persona enferma, sino también la dedicación a proteger su dignidad y a reconocer su valor intrínseco como ser humano. Es un llamado a ser un faro de esperanza en los momentos más oscuros, donde cada gesto y cada palabra pueden marcar la diferencia en la vida de quienes confían en las enfermeras. Ellas razonan que la persona enferma, las necesita, al percibir como se replantean la vida y temen a la muerte o soledad.
Being a nurse is embracing a vocation that transcends the profession; mediated by a deep commitment to human vulnerability. This involves not only the ability to alleviate the suffering of the sick person, but also the dedication to protecting their dignity and recognizing their intrinsic value as a human being. It is a call to be a beacon of hope in the darkest moments, where every gesture and every word can make a difference in the lives of those who trust nurses. They reason that the sick person needs them, perceiving how they rethink life and fear death or loneliness.