Objetivo. Estudiar el impacto en la salud física y psíquica de la violencia contra la mujer en la pareja.
Diseño. Transversal.
Emplazamiento. Centros de atención primaria de 3 provincias de la Comunidad Autónoma Andaluza.
Participantes. Un total de 425 mujeres de entre 18 y 65 años asistentes a 6 centros. Se eligieron aleatoriamente siguiendo el mismo procedimiento en cada centro.
Mediciones principales. Cuestionario estructurado autoadministrado que recoge, además de las variables sociodemográficas, variables relacionadas con el maltrato e indicadores de salud física (presencia de enfermedad crónica y tipo, intervenciones quirúrgicas a lo largo de la vida y días pasados en cama), psíquica (morbilidad psíquica, consumo de tranquilizantes, antidepresivos, analgésicos, alcohol y drogas no legales), salud autopercibida y apoyo social.
Resultados. La frecuencia de maltrato fue del 31,5%. Las mujeres víctimas de maltrato presentaron mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas. La asociación entre el maltrato y pasar más de 7 días en cama fue estadísticamente significativa (odds ratio [OR] = 2,96; intervalo de confianza [IC] del 95%, 1,00-8,76). El maltrato presentó una asociación significativa con la morbilidad psíquica (OR = 2,68; IC del 95%, 1,60-4,49) y con la salud autopercibida (OR = 1,89; IC del 95%, 1,04-3,43) tras ajustar por otras variables.
Conclusiones. Los resultados de este trabajo muestran que el maltrato global se asocia con una peor salud psíquica y una peor salud autopercibida. Las lesiones físicas no son la única «prueba» de la existencia de violencia doméstica. Los profesionales de atención primaria pueden desempeñar un papel esencial para ayudar a las mujeres que sufren abusos de sus parejas.