La cocaína se trata de la segunda droga ilegal más consumida en España. Esto supone una exposición potencial alta en niños de padres consumidores de cocaína (tanto en época prenatal como en edad pediátrica) y entre los adolescentes. Aun así, es una forma infrecuente de intoxicación aguda en lactantes y niños. En urgencias pediátricas, las manifestaciones clínicas secundarias al consumo domiciliario de cocaína suelen ser por intoxicación aguda, pero hay que tener en cuenta que con frecuencia evidencia un contexto de exposición crónica. Caso clínico: Niña 22 meses, posible ingesta de cannabis según la madre. Acude por somnolencia, Glasgow 15, 2 vómitos, taquicardia, TA>p95 y midriasis bilateral reactiva. Benzoilecgonina (metabolito de cocaína) positivo en orina, cuantificado posteriormente mediante espectrometría de masas. Buena evolución, alta a las 24 horas. Notificado a juzgado, equipo de menores y seguimiento posterior en su centro de salud. La madre admitió a su pediatra consumo esporádico de cocaína por parte del padre, siendo la orina positiva para cocaína en madre, padre y niña una semana más tarde del episodio agudo. En seguimiento también por retraso psicomotor. Conclusiones: Es importante mantener un alto nivel de sospecha ante un niño con síntomas neurológicos o cardiovasculares sin causa evidente y reconocer aquellas situaciones de riesgo familiar, ya que en pocas ocasiones los padres admiten la ingesta del tóxico por el niño. Cribado de la intoxicación por cocaína mediante análisis en orina (radioinmunoanálisis) de la benzoilecgonina hasta 72 horas tras la exposición, que se confirmará por técnicas más específicas. Tratamiento sintomático, valorando carbón activado. Ante una intoxicación aguda por drogas, tras el alta hospitalaria, es esencial la coordinación con atención primaria y los servicios sociales.
Cocaine is the second most consumed illegal drug in Spain. This represents a high potential exposure in children of parents who consume cocaine (both prenatally and in pediatric age) and among adolescents. Even so, it is a rare form of acute poisoning in infants and children. In pediatric emergencies, clinical manifestations secondary to home consumption of cocaine are usually due to acute intoxication, but it has to be considered that it frequently shows a context of chronic exposure. Clinical case: 22-month-old girl, possible ingestion of cannabis according to her mother. She came due to drowsiness, Glasgow 15, 2 vomits, tachycardia, BP>p95 and reactive bilateral mydriasis. Benzoylecgonine (cocaine metabolite) positive in urine, subsequently quantified by mass spectrometry. Good evolution, she was discharged home after 24 hours in hospital. Notified to court, child service and she was followed-up at her health center. The mother admitted to her pediatrician that the father had sporadic cocaine use, being positive cocaine urine tests for the mother, father, and girl one week after the acute episode. Also, the child is being studied for psychomotor delay. Conclusions: It is important to maintain a high level of suspicion when faced with a child with neurological or cardiovascular symptoms without obvious cause and to recognize those situations of family risk, since parents rarely admit that the child has ingested the drug. Screening for cocaine intoxication by urine analysis (radioimmunoassay) for benzoylecgonine up to 72 hours after exposure, which will be confirmed by more specific techniques. Symptomatic treatment, valuing activated charcoal. In the case of acute drug intoxication, after hospital discharge, coordination with primary care and social services is essential.