Javier Gimeno Elías, Marina Bueno Pardo, Paula Ballestero Hernando, Myriam Gaudioso Cameo., Alba Castejón Martín, Alicia Peralta Casais
El jengibre (Zingiber officinale Roscoe) y otras terapias complementarias se están utilizando cada vez con más frecuencia para el tratamiento de las náuseas y vómitos en el embarazo (NVP), que afecta entre el 50% y el 80% de las mujeres gestantes. En esta revisión nos propusimos sintetizar la evidencia disponible sobre la eficacia y seguridad del uso del jengibre, así como identificar posibles líneas de investigación futura. El resultado más frecuentemente observado en nuestra revisión sobre la ingesta de jengibre para el tratamiento de NVP fue que, en dosis de 1gr/día distribuido en cuatro tomas, durante 4-7 días, resultó superior al placebo y con eficacia similar a los fármacos habitualmente utilizados (vitamina B6 o dimenhidrinato) aunque mucho más seguro porque no tiene efectos secundarios para la madre, el feto ni el recién nacido.
Hay que señalar que la dieta también puede jugar un papel influyente para aliviar o empeorar los síntomas de náuseas y vómitos en el embarazo, lo que sugiere seguir las indicaciones de un dietista en caso de duda. Por otro lado, también hay que reconocer que en el consumo del jengibre se deben tener algunas precauciones, por posibles interacciones con los anticoagulantes, los antidiabéticos orales o insulina. Además, está contraindicado en personas con antecedentes de cálculos biliares, aborto, sangrado vaginal, trastornos de la coagulación y en fechas próximas al parto.
Probablemente, la evaluación de la eficacia del jengibre en muchos ensayos clínicos revisados se ha visto perjudicada por la inconsistencia en la forma del jengibre utilizado (fresco o seco), su calidad y también el régimen de dosificación, la heterogeneidad de las condiciones y el tamaño generalmente pequeño de los estudios. Se evidencia, por tanto, la necesidad de nuevas investigaciones sobre las características funcionales del jengibre y sus múltiples propiedades.
Ginger (Zingiber officinale Roscoe) and other complementary therapies are increasingly being used for the treatment of nausea and vomiting in pregnancy (NVP), which affects between 50% and 80% of pregnant women. In this review we set out to synthesize the available evidence on the efficacy and safety of the use of ginger, as well as identify possible lines of future research. The most frequently observed result in our review on the intake of ginger for the treatment of NVP was that, at a dose of 1gr/day distributed in four doses, for 4-7 days, it was superior to placebo and with similar efficacy to the usual drugs. used (vitamin B6 or dimenhydrinate) although much safer because it has no side effects for the mother, fetus or newborn.
It should be noted that diet can also play an influential role in relieving or worsening the symptoms of nausea and vomiting in pregnancy, which suggests following the instructions of a dietician if in doubt. On the other hand, it must also be recognized that some precautions must be taken when consuming ginger, due to possible interactions with anticoagulants, oral antidiabetics or insulin. In addition, it is contraindicated in people with a history of gallstones, abortion, vaginal bleeding, coagulation disorders, and close to delivery.
Probably, the evaluation of the effectiveness of ginger in many reviewed clinical trials has been undermined by the inconsistency in the form of ginger used (fresh or dried), its quality and also the dosage regimen, heterogeneity of conditions and size of generally small studios. Therefore, the need for new research on the functional characteristics of ginger and its multiple properties is evident.