Clara Monreal Abad, Andrea Acín García, Cristina Lorite López, Marina Herrera Torres, Carmen María Morollón Lázaro, Clara Sánchez Pardo
La utilización de fármacos antiinfecciosos, como antisépticos y desinfectantes, es crucial para prevenir y controlar infecciones en diversos entornos, desde el hogar hasta la atención médica. Los antisépticos se aplican en tejido vivo, como piel y mucosas, mientras que los desinfectantes se usan en objetos inertes. Ambos tienen como objetivo destruir o inhibir el crecimiento de microorganismos patógenos. Los antisépticos deben ser eficaces sin comprometer la integridad de los tejidos y se utilizan principalmente en heridas abiertas y procedimientos invasivos. Ejemplos comunes incluyen alcohol, povidona yodada y clorhexidina, mientras que el desinfectante más común es la lejía. La esterilización busca eliminar todos los microorganismos, incluidas las esporas, mientras que la desinfección apunta a destruir la mayoría de los microorganismos. Los antisépticos y desinfectantes son esenciales para evitar la propagación de infecciones, especialmente en entornos de atención médica donde los pacientes son vulnerables. Un buen antiséptico debe tener un amplio espectro de acción, actuar rápidamente, ser seguro y no desactivarse en presencia de materia orgánica. Los desinfectantes se clasifican según su nivel de acción, desde alto hasta bajo. Fenoles, aldehídos e hipoclorito de sodio son ejemplos de desinfectantes comunes, cada uno con propiedades y aplicaciones específicas. Sin embargo, es importante usarlos con precaución debido a su toxicidad potencial y efectos adversos.
The use of anti-infective drugs, such as antiseptics and disinfectants, is crucial to prevent and control infections in various settings, from the home to healthcare. Antiseptics are applied to living tissue, such as skin and mucous membranes, while disinfectants are used on inert objects. Both aim to destroy or inhibit the growth of pathogenic microorganisms. Antiseptics must be effective without compromising tissue integrity and are primarily used on open wounds and invasive procedures. Common examples include alcohol, povidone-iodine, and chlorhexidine, while the most common disinfectant is bleach. Sterilization aims to eliminate all microorganisms, including spores, while disinfection aims to destroy most microorganisms. Antiseptics and disinfectants are essential to prevent the spread of infection, especially in healthcare settings where patients are vulnerable. A good antiseptic must have a broad spectrum of action, act quickly, be safe and not be deactivated in the presence of organic matter. Disinfectants are classified according to their action level, from high to low. Phenols, aldehydes, and sodium hypochlorite are examples of common disinfectants, each with specific properties and applications. However, it is important to use them with caution due to their potential toxicity and adverse effects.