La placenta previa es aquella que se inserta de manera parcial o total en el segmento inferior del útero, cubriendo el orificio cervical interno. Tiene una incidencia de 3,5 a 4,6 por cada 1000 embarazos y algunos de los factores de riesgo son la edad materna avanzada, antecedente de cesárea previa y multiparidad entre otros. Esta localización anómala de la placenta puede afectar la perfusión uteroplacentaria dando como resultado una peor oxigenación y restricción del crecimiento fetal. La placenta previa aumenta el riesgo de hemorragia, prematuridad y muerte perinatal.
El diagnóstico se realiza mediante ecografía y el síntoma más característico es el sangrado vaginal no acompañado de dolor. Ante un sangrado, se deben tomar medidas para estabilizar a la gestante y al feto; se recomienda el tratamiento con tocolíticos además de corticoides y sulfato de magnesio para la maduración pulmonar y la neuroprotección fetal respectivamente. El reposo absoluto es crucial hasta que se estabilice la hemorragia.
Se presenta el caso de una gestante diagnosticada de placenta previa que, desde la semana 29 sufre varios ingresos hospitalarios por sangrado vaginal. Se realizan controles a través de la monitorización fetal, así como analíticas y ecografías. En la semana 35+4 se realiza una cesárea urgente por un sangrado vaginal activo abundante. El recién nacido nace con un buen estado general y se toman medidas para prevenir la hemorragia postparto en la madre
Placenta previa is a condition in which the placenta is partially or totally inserted in the lower segment of the uterus, covering the internal cervical os. It has an incidence of 3.5 to 4.6 per 1000 pregnancies and some of the risk factors are advanced maternal age, history of previous cesarean section and multiparity among others. This anomalous location of the placenta can affect utero-placental perfusion resulting in poorer oxygenation and fetal growth. Placenta previa increases the risk of hemorrhage, prematurity and perinatal death.
The diagnosis is made by ultrasound and the most characteristic symptom is vaginal bleeding not accompanied by pain. In the event of bleeding, measures should be taken to stabilize the pregnant woman and the fetus; tocolytic treatment is recommended in addition to corticosteroids and magnesium sulfate for pulmonary maturation and fetal neuroprotection, respectively. Bed rest is crucial until the hemorrhage is stabilized.
We present the case of a pregnant woman diagnosed with placenta previa who has been hospitalized several times since week 29 for vaginal bleeding. She underwent fetal monitoring, as well as laboratory tests and ultrasound scans. In week 35+4 an emergency cesarean section was performed due to heavy active vaginal bleeding. The newborn was born in good general condition and measures were taken to prevent postpartum hemorrhage in the mother.