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Rueda Estrada
El trabajo social en general y el trabajo social sanitario tienen la responsabilidad de atender necesidades y demandas de personas que se encuentran en situaciones frente a las que precisan el apoyo, seguimiento y orientación de expertos y profesionales para recibir el apoyo necesario para superar las situaciones que les colocan en escenarios que limitan la forma de enfrentarse y asumir la realidad. Se trate de necesidades y demandas de tipo social, económico, de integración o se enfrenten a problemas de salud, establecen relaciones con los sistemas sociales y sanitarios con capacidad de atender estas problemáticas.
Pero la acción profesional, no solo se basa en conocimientos y en administrar recursos.
Se fundamenta en valores y principios que tienen también sus efectos, a veces no queridos ni buscados y a veces no suficientemente analizados.
En este artículo se reflexiona sobre estos aspectos, partiendo en primer lugar del análisis de experiencias reales y finalizando con una reflexión sobre la importancia de los paradigmas que explican determinados valores y principios.
El eje de la ref lexión gira en torno a la convicción de que sin principios y valores no se puede intervenir, aunque se conozcan y dominen herramientas, técnicas y rutinas. Las personas viven en contextos culturales que tienen formas de afrontar y atender las necesidades de la población y cualquier respuesta profesional no puede prescindir en su praxis de esos fundamentos, valores y formas de convivencia.
Social work in general and health social work have the responsibility of meeting the needs and demands of people who find themselves in situations in which they require the suppod, mon¡toring and guidance of experts and professionals to receive the necessary support to overcome the situations they face. They place them in scenarios that limit the way they face and accept reality. Whether they have social, economic, ¡ntegration needs and demands or face health problems, they establish relationships with social and health systems with the capacity to address these problems.
But professional action is not only based on knowledge and managing resources. lt is based on values and principles that also have their etfects, sometimes not wanted or sought and sometimes not sufficiently analyzed.
ln this article he reflects on these aspects, starting first from the analysis of real experiences and ending with a reflection on the ¡mportance of paradigms that explain cenain values and principles.
The axis of the reflection revolves around the conviction that without principles and values one cannot intervene, even if one knows and master's tools, techn¡ques and routines. People live in cultural contexts that have ways of facing and addressing the needs of the population and any professional response cannot dispense wiih these foundations, values and forms of coexistence in its praxis.
