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Ignacio Ramírez Gallegos
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Almudena Tárraga Marcos
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Ángel Arturo López González
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José Ignacio Ramírez-Manent
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Introducción: La morbilidad cardiovascular representa la causa principal de mortalidad a nivel global, lo que ha generado un creciente interés en los factores de riesgo (FRCV) y los elementos protectores de la salud cardiovascular, entre los cuales se destacan el sedentarismo y la actividad física respectivamente.
Metodología: En este estudio se lleva a cabo una revisión sistemática, siguiendo las directrices PRISMA, con el principal objetivo de recopilar y contrastar la información disponible acerca del impacto que la práctica de actividad física ejerce sobre el riesgo cardiovascular (RCV).
Resultados: A través del proceso de cribado y selección, se identificaron 16 artículos científicos; los cuales indican que la práctica de actividad física, especialmente aquella de intensidades moderada y vigorosa, mejora un amplio y heterogéneo conjunto de FRCV, influyendo positivamente sobre la salud cardiovascular y global de las personas. Por otra parte, se constata una carencia de estudios que valoren la práctica de actividad física de forma objetiva.
Conclusiones: Por último, la evidencia disponible muestra que porcentajes significativos de la población no cumplen con las recomendaciones mínimas de actividad física de la OMS, lo que subraya la importancia de implementar estrategias de promoción de la salud destinadas a incentivar la realización de actividad física, especialmente entre los niños y los ancianos.
Introduction: Cardiovascular morbidity stands as the primary cause of mortality globally, eliciting a burgeoning interest in cardiovascular risk factors (CVRF) and protective elements of cardiovascular health, among which sedentarism and physical activity stand out, respectively.
Methods: This study undertakes a systematic review, adhering to PRISMA guidelines, with the primary aim of compiling and contrasting the available information regarding the impact of physical activity on cardiovascular risk.
Results: After the screening and selection process, 16 scientific articles were identified; these indicate that engaging in physical activity, particularly of moderate and vigorous intensities, enhances a broad and heterogeneous array of CVRF, positively influencing both cardiovascular and overall health. Conversely, there is a dearth of studies assessing physical activity objectively.
Discussion: Lastly, available evidence demonstrates that significant proportions of the population are failing to meet the WHO’s minimum physical activity recommendations, underscoring the importance of implementing health promotion strategies aimed at encouraging physical activity, especially among children and the elderly.
