El profesional de la salud está sometido diariamente a situaciones estresantes y demandantes, de las cuales recibe un efecto negativo en su equilibrio psicológico. Constantes y numerosos estudios documentan la alta prevalencia de alteraciones psicológicas. Así, un estudio mexicano en el 2006 evaluó a 173 profesionales, médicos y enfermeros, y encontró que el 43,2 % presentaba alta prevalencia de despersonalización y por lo menos el 41,4 % de agotamiento emocional (1). Además, cuando se evaluó la salud mental de 178 trabajadores sanitarios de atención primaria de España durante el 2014 se halló un 39,3 % con síndrome de burnout, prevaleciendo el género masculino, ser empleado urbano y la carga laboral, como factores asociados
Health professionals are subjected daily to stressful and demanding situations, from which they receive a negative effect on their psychological balance. Constant and numerous studies document the high prevalence of psychological alterations. Thus, a Mexican study in 2006 evaluated 173 professionals, doctors and nurses, and found that 43.2% had a high prevalence of depersonalization and at least 41.4% of emotional exhaustion (1). In addition, when the mental health of 178 primary care health workers in Spain was evaluated during 2014, 39.3% were found with burnout syndrome, with the male gender, being an urban employee, and workload prevailing as associated factors.