Las fracturas de la extremidad distal del radio (FrEDR) tienen una elevada incidencia, suponiendo una gran parte de las fracturas atendidas en una consulta de traumatología general. En España sitúan a la FrEDR como la segunda más frecuente tras la fractura vertebral1. Con una mayor prevalencia en el sexo femenino, tienen como factores de riesgo a las caídas, el descenso de la densidad mineral ósea, el descenso del diámetro cortical, el descenso de resistencia ósea y el déficit de vitamina D2-4. Además varios autores les reconocen un carácter predictor de nuevas fracturas osteoporóticas, pudiendo además el déficit de vitamina D, estar asociado a un retraso en la consolidación de las mismas. Presentamos un caso clínico tratado en el Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología (COT) de fractura de extremidad distal de radio en una paciente con osteoporosis y déficit de vitamina D.Tras el análisis de los datos obtenidos de la revisión de este caso podríamos concluir que, ante una fractura por fragilidad de la extremidad distal del radio en un paciente joven, no solo debemos descartar la presencia de osteoporosis sino de deficiencia de vitamina D asociada. Es importante por tanto la repleción de los niveles adecuados de vitamina D, que si bien no acelera el proceso de consolidación, garantiza el mismo, ayudando a la prevención de nuevas fracturas osteoporóticas, mejorando la función neuromuscular y la prevención de caídas. El tratamiento con 1-34 PTH de este tipo de fracturas pudiera, en los casos en que estuvieses indicado su uso para el tratamiento de la enfermedad osteoporótica de base, acelerar el proceso de reparación de la FrEDR.
Distal radius fractures have a high incidence, representing a large part of fractures treated in a general trauma consultation.
In Spain, they are the second most frequent vertebral fracture, with a higher prevalence in females. According to several authors, they are considered a predictive factor of new osteoporotic fractures, and vitamin D deficiency may also be associated with a delay in the consolidation of these fractures. After analyzing the data obtained from the review of this case, we could conclude that, when treating a young patient with a fragility fracture of the distal radius, we should not only rule out the presence of osteoporosis, but also the associated vitamin D deficiency. It is important, therefore, to replenish adequate levels of vitamin D, which, while not accelerating the consolidation process, guarantees it, helping to prevent new osteoporotic fractures, improving neuromuscular function and preventing falls. Treatment with PTH 1-34 in this type of fracture if indicated by the underlying disease may accelerate the repair process of the radius fracture.