A Cabizosu, D. Grotto, M.J. López-Esteban, R. Castañeda-Vozmediano
Las secuelas relacionadas con el daño cerebral son la tercera causa de discapacidad en el mundo y la segunda de muerte. La subjetividad del evaluador en la valoración del tejido trófico es siempre un elemento a tener en cuenta. En este sentido, los objetivos de este estudio piloto fueron observar la fiabilidad y validez de la técnica termográfica en pacientes con secuelas motoras tras daño cerebral. Material y método: se reclutaron 28 pacientes con afectación neuromuscular. Un investigador ciego especializado en la evaluación del daño neuromuscular midió la afectación según la Escala de Ashwort, determinando el grado de restricción y resistencia a la flexión del tobillo, mientras que 2 investigadores registraron los patrones térmicos. Resultados: en el primer momento de la medición, la temperatura de las dos piernas por separado no superó los 30,2 oC en el 75 % de los casos y en el segundo momento no superó los 29,7 oC. Las mediciones medias en la pierna izquierda y derecha ofrecen valores máximos inferiores a 31,9 oC para ambas. En conjunto, las mediciones fueron de una media de 28,4 oC con una desviación típica de 1,928. En el 75 % del total de las mediciones hubo una temperatura igual o inferior a 29,8 oC, por lo que la temperatura en estos pacientes patológicos parece generalmente inferior a 32 oC. Conclusión: la termografía podría ser una herramienta fiable y válida en la valoración de pacientes con daño neuromuscular; sin embargo, son necesarios más estudios con un mayor tamaño muestral para clarificar el papel de esta técnica en relación con el daño neuromuscular.