El principal aporte para la enfermería que se pretende con este trabajo, es mostrar desde el ámbito de la atención primaria como se relaciona la práctica regular de ejercicio físico con una mayor calidad de vida en nuestros pacientes, y cuáles son las dimensiones principalmente afectadas si no se realiza.
Objetivo: Determinar la relación entre la actividad física y la calidad de vida autopercibida de la población adulta.
Diseño: Estudio observacional de carácter descriptivo de una muestra de pacientes que acudieron a las consultas de atención primaria (AP) de los investigadores.
Material y métodos: La muestra consta de 52 adultos, de entre 50 y 70 años sin patologías crónicas e incapacitantes, que accedieron a participar mediante de un consentimiento verbal.
A los participantes se les efectuó una entrevista sociodemográfica estructurada; la valoración de la actividad física se llevó a cabo mediante el cuestionario validado Rapid Assessment of Physical Activity (RAPA). Para valorar la calidad de vida se utilizó el cuestionario Euro Qol-5D.
Resultados y discusión: En los individuos con problemas de movilidad (17,3%), se observó que un 88,9% realizaba poca o nula actividad física. Aquellos con alteraciones en la dimensión de cuidado personal (5,8%), y aquellos que presentaban problemas en las ABVD (9,6%) realizaban poca o ninguna actividad física. De las personas que sufrían dolor (55,8%), el 68,96% de ellos realizaban una actividad física mínima o nula. En cuanto a los individuos con problemas de ansiedad y/o depresión (44,2%), se analizó que la actividad física era inexistente o mínima en el 60% de ellos.
Nuestros resultados guardan relación con las investigaciones disponibles sobre el tema, apoyando que la práctica regular de actividad física supone un importante beneficio para la salud, mientras que su ausencia constituye un perjuicio, relacionándose con mayor incidencia de ansiedad y depresión, dolor e incapacidad funcional.