El modelo de atención a la población pediátrica en el Sistema Nacional de Salud es desde hace tiempo objeto de controversia.
La dificultad creciente para cubrir las plazas de pediatría de atención primaria por pediatras se ha convertido en un problema para los gestores de la sanidad pública. A raíz de esta situación, las comunidades autónomas han ido implementando diversas estrategias que modifican el modelo atención y que responden exclusivamente a las necesidades a muy corto plazo de manera reactiva, sin incorporar en el centro del debate a los pacientes. Complicando más la cuestión, la evidencia disponible publicada no cuenta con la significación suficiente para poder establecer recomendaciones. Además, pese a que se habla de la necesidad de una adecuación del modelo de la atención primaria de salud para dar una cobertura adecuada a las necesidades y problemas de salud, no parece que en este planteamiento se esté incluyendo el papel de la atención pediátrica. Llegados a este punto, proponemos iniciar un debate informado para dar una respuesta proactiva al problema con la elaboración de un Plan Estratégico de Atención Pediátrica. Este Plan deberá basarse en estudios en nuestro medio que puedan evaluar la eficiencia de los posibles modelos, ser participativo y tener como objetivo fundamental ofrecer la mejor atención a la población infantil. Además, deberá adaptarse a los nuevos retos sociales y económicos buscando la solvencia del sistema sanitario público.
The model of care for the paediatric population in the National Health System has long been the subject of controversy. The growing difficulty in filling primary care paediatrics posts with paediatricians has become a problem for public health care managers. As a result of this situation, the Autonomous Communities have been implementing various strategies that modify the care model and respond exclusively to very short-term needs in a reactive manner, without incorporating patients into the centre of the debate.
Further complicating the issue, the available published evidence does not have sufficient significance to be able to establish recommendations. Furthermore, although there is talk of the need for an adaptation of the primary health care model to provide adequate coverage of health needs and problems, the role of paediatric care does not appear to be included in this approach.
At this point, we propose to initiate an informed debate to provide a proactive response to the problem with the development of a Strategic Plan for Paediatric Care. This Plan should be based on studies in our environment that can evaluate the efficiency of possible models, be participatory and have as its fundamental objective to offer the best care to the paediatric population. It must also adapt to the new social and economic challenges, seeking the solvency of the public health system.