Hariraja Muthusamy, Rekha Kaja, Msaad Alzhrani, Ahmad Alanazi, Shady Alshewaier, Mohamed Sherif Sirajudeen, Mahamed Ateef, Mohammad Miraj, Radhakrishnan Unnikrishnan, Mazen Alqahtani
Antecedentes: La inactividad física y el sedentarismo son causas importantes de muchos problemas de salud, como la diabetes, la obesidad y los trastornos cardiovasculares. Las actividades físicas como caminar, que son fáciles de incluir en las rutinas diarias, se han impulsado como medio para abordar estos problemas de salud. Aumentar el número de pasos que se dan cada día es una de las tácticas que se sugieren con frecuencia para mejorar la salud física y la forma física. El objetivo de esta investigación era evaluar los efectos de un mayor número de pasos diarios en varios parámetros de la forma física, teniendo en cuenta los diversos resultados documentados en investigaciones anteriores.
Métodos: Se examinaron varias bases de datos de acuerdo con el procedimiento PRISMA para encontrar publicaciones pertinentes.
Para tener en cuenta la heterogeneidad esperada, el metaanálisis generó diagramas de bosque que mostraban la diferencia de medias (DM) según un modelo de efectos aleatorios (ER).
Resultados: Se examinaron un total de 13 estudios. Según algunas investigaciones, apenas se produjeron cambios en la frecuencia cardiaca, el peso o la grasa corporal. Otros demostraron que el colesterol y la grasa corporal de algunas personas disminuyeron.
Combinados, los datos sugerían que caminar más pasos no tenía ningún efecto sobre el VO2 máx, una métrica de la forma física (diferencia media -0,26, intervalo de confianza del 95% [-1,27, 0,75], I2 = 79%, p = 0,008). Sin embargo, el aumento del número de pasos sí pareció reducir el índice de masa corporal (IMC) (diferencia media -1,14, intervalo de confianza del 95% [-1,92, -0,36], I2 = 32%, p = 0,18). La frecuencia cardiaca en reposo (FCR) no se vio afectada significativamente por un aumento del recuento de pasos (diferencia media -1,85, intervalo de confianza del 95% [-3,82, 0,12], I2 = 0%, p = 0,67).
Conclusiones: La revisión enfatizó cómo los diferentes recuentos de pasos influyen en los resultados de salud. Aunque se produjeron aumentos en determinadas métricas de la forma física, como el IMC, no hubo cambios perceptibles en el VO2 máx. y la RHR. Se aconseja tener en cuenta un mayor número de pasos como parte de una estrategia polifacética para mejorar la salud y el bienestar general, basándose en el análisis exhaustivo de los datos disponibles. Estos resultados ponen de relieve la necesidad de un asesoramiento personalizado sobre los niveles de actividad física en función de los objetivos de forma física y los perfiles de salud particulares.
Background: Physical inactivity and a sedentary lifestyle are major causes of many health issues, including diabetes, obesity, and cardiovascular disorders. Physical activities like walking, which are simple to include into everyday routines, have been pushed as a means of addressing these health issues. Increasing the number of steps taken each day is one such tactic that is frequently suggested to enhance physical health and fitness. The objective of this research was to evaluate the effects of higher daily step counts on various physical fitness metrics while accounting for the diverse results documented in earlier investigations.
Methods: Several databases were combed in accordance with the PRISMA procedure to find pertinent publications. To account for the expected heterogeneity, the meta-analysis generated forest plots showing mean difference (MD) under a random effects (RE) model.
Results: A total of 13 studies were examined. According to certain research, there was little change in heart rate, weight, or body fat. Others demonstrated that some people’s cholesterol and body fat decreased. Combined, the data suggested that walking more steps had no effect on VO2 max, a fitness metric (average difference -0.26, 95% confidence interval [-1.27, 0.75], I2 = 79%, p = 0.008). However, increasing step count did appear to reduce body mass index (BMI) (average difference -1.14, 95% confidence interval [-1.92, -0.36], I2 = 32%, p = 0.18). The resting heart rate (RHR) was not significantly affected by an increase in step count (average difference -1.85, 95% confidence interval [-3.82, 0.12], I2 = 0%, p = 0.67).
Conclusion: The review emphasised how different step counts have an influence on health outcomes. Although there were increases in certain fitness metrics, such as BMI, there were no discernible changes in VO2 max and RHR. It is advised to take into account higher step counts as part of a multifaceted strategy to improve general health and well-being, based on the thorough analysis of available data. These results highlight the necessity for tailored advice for physical activity levels depending on particular fitness objectives and health profiles.