• Los hidratos de carbono no digeridos fermentan en el intestino creando una carga osmótica que induce diarrea.
• Las bacterias intestinales metabolizan los hidratos no digeridos, lo que produce gas que causa distensión abdominal y flatulencia.
• El hidrógeno y metano, productos de la fermentación bacteriana, se absorben en el colon y se eliminan en el aire exhalado.
• Los test de malabsorción de hidratos de carbono cuantifican el hidrógeno y metano exhalado lo que permite el diagnóstico.
• La evaluación de los síntomas durante el test de aliento tras la administración de un determinado hidrato de carbono permite el diagnóstico de la intolerancia al mismo.
• La intolerancia alimentaria no supone un riesgo para la salud.
• El tratamiento de la intolerancia alimentaria implica la restricción total o parcial del hidrato de carbono identificado.