Una de las mayores dificultades con las que nos encontramos los profesionales es la falta de tiempo para acceder a la información y estar al día de los avances en cuidados, los abordajes clínico terapéuticos y las líneas de investigación, así como de los resultados derivados de las investigaciones biomédicas.
Numerosos estudios han demostrado que los trastornos del estado de ánimo, como la depresión, están asociados a cambios en la composición y la diversidad de la microbiota intestinal. Se ha observado que las personas con depresión tienen alteraciones en la microbiota intestinal, caracterizadas por una disminución en la abundancia de ciertas bacterias beneficiosas y un aumento en bacterias proinflamatorias. Estos desequilibrios pueden conducir a la inflamación crónica y la disfunción del sistema inmunitario, procesos que se han relacionado con la patogenia de la depresión Por otro lado, los probióticos, que son microorganismos vivos que confieren beneficios para Ja salud cuando se consumen en cantidades adecuadas, han surgido como una posible intervención para modular la microbiota intestinal y, en consecuencia, influir en la salud mental. Se ha encontrado evidencia preliminar de que ciertas cepas de probióticos pueden tener efectos beneficiosos en la depresión, al mejorar el equilibrio de la microbiota intestinal y reducir la inflamación sistémica.
Sin embargo, es importante destacar que la investigación en esta área aún está en sus etapas iniciales y se necesitan estudios adicionales y de mayor calidad.