• La exposición de los hijos e hijas a la violencia hacia la mujer en la pareja (VMP) es una de las formas más frecuentes, graves y poco reconocidas de maltrato infantil (MTI), que hoy finalmente se reconoce de forma inequívoca como tal. Además, se ha pasado de considerar a esos hijos e hijas expuestos, de testigos a víctimas de la VMP.
• Epidemiología. Datos de las macroencuestas estatales de VG revelan que 1.678.959 menores viven en hogares en los que la mujer está sufriendo VMP actualmente, y el 64,2% de las madres reconocía que los hijos/as también sufrían directamente otros tipos de maltrato.
• Consecuencias: existe evidencia de que la exposición a la VMP afecta negativamente a la salud física, psicoemocional y conductual de los niños y niñas y en su salud mental a corto y a largo plazo.
• Factores que influyen en el impacto: el tipo de violencia, la gravedad de la misma, la edad, el tiempo de exposición, el sexo, la concurrencia con otras violencias así como la presencia o ausencia de factores de protección y de resiliencia.
• Respuesta sanitaria y social. No se ha dado la respuesta adecuada a las necesidades de los hijos e hijas expuestos a esta violencia donde la atención prestada y los recursos disponibles son insuficientes.
• El sistema sanitario en su conjunto tiene un papel clave para dar una respuesta integral y multidisciplinar, una gestión integrada de los recursos y adaptada a las necesidades a los diferentes contextos y vulnerabilidades, especialmente la atención primaria por su papel en la detección, en el abordaje inicial, en la respuesta inmediata a las necesidades y en la canalización de las demandas de la mujer víctima y de los hijos e hijas expuestos a VMP.
• La prevención primaria de la violencia a la infancia es el verdadero reto social que exige el compromiso político y social de los gobiernos, de la comunidad y de los distintos profesionales implicados, entre ellos de los profesionales de la salud, así como la consideración de esta violencia como un problema de salud pública.