Sin nuestro sistema inmunitario, los patógenos lo tendrían fácil. Cada herida se infectaría y en las vías respiratoria y digestiva se produciría una inflamación tras otra. Afortunadamente, no es así: estamos dotados de un potente sistema de defensa que nos protege de virus, bacterias y otros invasores peligrosos. En ocasiones, sin embargo, este sistema reacciona ante sustancias que en realidad no suponen ningún riesgo, en cuyo caso se ha desarrollado una alergia. Aquí encontrará un resumen de los síntomas, las causas y las opciones de tratamiento.