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Ricardo A. Ayala Valenzuela
Objetivo: Este artículo pretende cuestionar las tergiversaciones y las distorsiones de los escritos sociológicos sobre la profesión de enfermería.
Antecedentes: Durante el reciente congreso del CIE en Montreal, se sugirió que las profesiones y la enfermería en particular, son vistas por los sociólogos de forma similar a delincuencia organizada, es decir, como una “esponja de dinero” que absorbe recursos de la sociedad, sin dar nada a cambio. Supuestamente, existe toda una rama de la Sociología que analiza las profesiones desde este punto de vista.
Discusión: Esbozando ideas sociológicas relevantes, incluida la sociología de la enfermería, explico que no existe una tradición que presente las profesiones como mafias. Demuestro que, si bien tanto las profesiones como el crimen están socialmente organizados, su legitimidad es radicalmente diferente. Las profesiones asistenciales difieren en su ética de las profesiones clásicas y más aún de las organizaciones criminales. Una corriente distinta de investigación en sociología se ha dedicado a la enfermería, sin sugerir, sin embargo, esta analogía.
Conclusión: Lamento que a los asistentes al congreso del CIE se les haya dado una representación inexacta del pensamiento sociológico. Los sociólogos que abordan la enfermería como profesión tienden a resaltar los procesos de emancipación, autonomía, reivindicación y justicia social, ya que el trabajo asistencial es esencial para el orden socioeconómico más amplio.
Implicaciones para la política de enfermería: Si bien la enfermería como profesión está socialmente organizada, los dispositivos y las tácticas de poder que se despliegan en el ámbito sociopolítico se caracterizan por su legitimidad. A diferencia de la hampa, la formulación de políticas de enfermería se sitúa dentro de un marco de legalidad, igualdad y transparencia.
