Rosa Martínez Ortega
Los Principios éticos y bioéticos que rigen los cuidados de enfermería desde una perspectiva de los estudios de género, posicionan claramente a la enfermería en una ayuda desde la ética del cuidado a las mujeres víctimas de violencia de género, desde esta perspectiva “Las enfermeras tienen la obligación de preservar, respetar y promover activamente los derechos de todas las personas a la salud, en todo momento y lugar. Este derecho incluye la obligación de cerciorarse de que se prestan los cuidados adecuados según los recursos disponibles y de conformidad con la ética de enfermería. Así mismo la enfermera está obligada a asegurarse de que las personas-pacientes reciben información adecuada en palabras comprensibles antes de dar su consentimiento al tratamiento, a los procedimientos, a su participación en una investigación” Bajo el paradigma de la ética del cuidado la enfermera deberá mostrar:
Empatía para comprender y entender las demandas de las mujeres. Responsabilidad para implicarse en la salud de las mujeres. Habilidades técnicas para prevención y detección precoz de la violencia de género. Integridad moral (inherente a la profesión). Ser consciente de la labor asistencial, estar preparada para el abordaje psicológico, social y de género de las mujeres. Para poder transformar la violencia que sufren las mujeres, es decir, el maltrato real y simbólico, debemos estar dispuestas a asumir el compromiso siguiente:
No puede haber neutralidad ante el sufrimiento de las víctimas –la mujer, sus hijos e hijas. Para ofrecer una relación de ayuda a las mujeres víctimas los y las profesionales tenemos que estar convencidas y dispuestas a realizar un “trabajo” hacia un cambio personal.