Beatriz Martínez Gómez
Parecía que iba a ser otra mañana cualquiera de prácticas de enfermería en el servicio de urgencias. Volvía a coincidir con mi amiga y compañera de clase “I”. Hasta esa rotación, solo nos habíamos cruzado por los pasillos de la universidad, pero nunca habíamos hablado. Sin embargo, a lo largo de la rotación nos habíamos hecho uña y carne, compartiendo conocimientos, anécdotas de profesión, largas noches sin dormir [Fragmento de texto].